Se espera que la demanda de soldaduras calificadas aumente durante la próxima década. Anticipándonos a este crecimiento, se prevé también que las instalaciones y los equipos envejecidos necesiten un mantenimiento minucioso, mientras que la construcción de obras y la fabricación de estructuras nuevas van a seguir a buen ritmo. Es un hecho, por tanto, que las operaciones de soldadura se expandirán en los años venideros, y durante este proceso de transición, será clave la atención a la salud y seguridad de los empleados/as, especialmente ante los humos de soldadura.
La exposición a óxidos metálicos y derivados de gases es uno de los principales riesgos a los que se enfrentan los soldadores. Tanto en la soldadura por fusión, que aplica únicamente calor (procesos de arco eléctrico, gas o láser), como en los procesos de soldadura y corte que combinan calor y presión. En ambos contextos, los resultados son los mismos: todos los métodos generan humos peligrosos.
Los riesgos asociados con los humos de soldadura no solo están vinculados a la inhalación de sustancias cancerígenas, sino también a factores físicos.
Queremos a través de este artículo hacer una descripción general de los peligros de esta actividad, incluyendo las medidas preventivas que se han de tomar para reducir los riesgos relacionados con estas emisiones, que deberían incluirse en un adecuado plan de prevención de riesgos laborales.
Concepto de humos de soldadura
Los humos de soldadura se definen como todas las emisiones producidas por vaporización de metales y por la descomposición y la difusión de materiales fundidos en el aire. Recientemente fueron reclasificados por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), como pertenecientes al Grupo 1. Es decir, que son “cancerígenos para los humanos”; mientras que anteriormente sólo se consideraban como “posibles carcinógenos para los humanos” (Grupo 2B).
Conviene destacar que los humos de soldadura se liberan en la zona de fusión, y pueden ser diferentes según los elementos consumibles utilizados y las superficies sometidas a soldadura. Algunos ejemplos son:
- Aluminio
- Cadmio
- Cromo
- Manganeso
- Níquel
- Plomo
- Titanio
- Zinc
Ojo, el peligro y la cantidad de sustancias nocivas a las que están expuestos los trabajadores dependen mucho, no solo del tipo de material soldado, sino también del proceso utilizado y de la configuración del ambiente de trabajo (por ejemplo, si es un lugar más o menos ventilado).
Riesgos para la salud humos de soldadura
Las partículas de metal en los humos de soldadura son de 50 a 75 veces más pequeñas que un cabello humano, lo que las hace muy fáciles de inhalar. Respirar partículas de metal y gases está asociado con una variedad de efectos en la salud.
Ahora, la exposición a corto plazo a los humos puede causar:
- Náuseas
- Mareos
- Irritación de los ojos, la nariz y la garganta
- Disminución de las funciones respiratorias
- Fiebre de los humos metálicos (una de las dolencias más frecuentes para quienes se dedican a esta actividad)
- Cáncer (en caso de exposición prolongada)
- Daños en los órganos neurológicos o de otro tipo.
Algunos gases desplazan el oxígeno y también pueden presentar riesgos de asfixia, especialmente en áreas de trabajo cerradas
Cómo controlar las emisiones de soldadura
Una vez que se comprenden los límites de exposición aplicables para los metales y procesos determinados de cada proyecto, se deben considerar formas de reducir esos riesgos de exposición a quienes están involucrados. En Pevilabor recomendamos aplicar un sistema de jerarquía de controles, clasificado del más efectivo al menos efectivo:
- Eliminación y reemplazo: Eliminar físicamente el peligro. Dejad de usar materiales peligrosos si es posible.
- Reemplazo: Cambiad a una alternativa. Por ejemplo, diferentes consumibles como metales de aporte o alambres revestidos que generan menos humos.
- Controles de ingeniería: Aislar a las personas de daños. Rodear el espacio y/o instalar un sistema de ventilación local (extractor de humos o colector de polvo/humos).
- Controles administrativos y de prácticas laborales: Realizar cambios en la forma en que se trabaja. Es decir, establecer nuevos hábitos o posiciones de trabajo de los soldadores, limitando el tiempo de permanencia en áreas de alta concentración y/o mejorando la capacitación.
- Equipo de Protección Personal (PPE): Proteged a los trabajadores con el equipo apropiado. Usad respiradores aprobados por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), especialmente cuando otros controles resulten insuficientes, e inspeccionadlos para garantizar su idoneidad y condición.
Importancia de la ventilación para controlar la exposición al humo
La ventilación es esencial para mantener los humos de soldadura alejados del área de respiración del soldador. Nuestras recomendaciones sobre ventilación natural y artificial son las siguientes:
- Mantenerse contra el viento si soldamos en un espacio abierto o al aire libre, aunque este método tampoco garantiza la máxima seguridad.
- Usar la extracción de aire local, también llamada extracción de humo, para soldadura en interiores. La ventilación natural o forzada puede funcionar en algunas circunstancias, pero los sistemas de extracción de humos son generalmente mucho más efectivos. Eso sí, cada operación de soldadura es diferente de las demás.
- Nunca soldar en espacios confinados sin ventilación.
- En ausencia de ventilación mecánica, utilizar corrientes de aire naturales y colocad el trabajo para evitar la exposición.
Es recomendable contar con un profesional que ayude a identificar los límites de exposición aplicables, tomar muestras del aire de las zonas de respiración en las que se encuentran los trabajadores, revisar el proceso industrial y guiar a la empresa en el desarrollo de una estrategia de gestión de riesgos.
En Previlabor, somos especialistas en todo lo concerniente a seleccionar equipos de filtración para facilitar la recolección de polvo y humos de soldadura y otras soluciones confiables.
Conclusiones
Las actividades de soldadura, sin duda, implican una serie de riesgos que deben ser tenidos muy en cuenta, tanto por el/la empresario/a como por el propio trabajador/a. La soldadura de metales implica la presencia, en el ambiente de trabajo, de humos y gases que pueden tener graves consecuencias para la salud, tanto de forma inmediata como a largo plazo.
El caso es que los humos de soldadura pueden implicar tanto efectos respiratorios agudos como crónicos. Cada instalación, además, tiene un nivel de riesgo diferente, determinado por diversos factores, como el tipo de proceso de soldadura, metales utilizados para la base, varillas y alambres de relleno, disposición de espacios y número de puestos de trabajo, prácticas de trabajo de los soldadores, incluyendo el movimiento de aire y ventilación del lugar.
Si queréis estar seguros/as de que vuestros soldadores están realmente protegidos ante las emisiones de la soldadura, aseguraos de que la evaluación de riesgos se realice de manera adecuada por profesionales en la materia. En Previlabor, podéis contar con un asesoramiento minucioso por parte de nuestro equipo altamente cualificado en PRL.